lunes, 28 de junio de 2010

Edicion 83

Futbol, elecciones y Sísifo.

“Sísifo era rey de Corinto. Un día vió un águila mas grande y hermosa que cualquier otro pájaro mortal que transportaba una joven hacia una isla vecina. Poco tiempo después, llego el dios-rio Asopo y le dijo que su hija Egina había sido raptada, según suponía por Zeus, y suplicó a Sísifo que le ayudara a encontrarla. El rey Sísifo contó entonces lo que había visto, granjeándose con ello la cólera de Zeus. Precipitado en el Hades y perdiendo la vista, fue condenado a arrastrar sin descanso una gran piedra hasta la cima de una montaña; de allí, por su propio peso volvía a bajar. Así, indefinidamente. Sísifo no pudo ayudar a Asopo; el dios-rio llegó hasta la isla, pero Zeus le rechazó con su rayo”. (La mitología. E. Hamilton. Edit. Daimon, 1976)

Albet Camus, premio Nobel de literatura en 1957, con base en la mitología griega y el destino de Sísifo, desarrolla su famoso ensayo filosófico “el mito de Sísifo”, personaje al que tipifica como un héroe absurdo. Traslada desde ahí su planteamiento del “hombre absurdo”, hombre consciente de la inutilidad de su existencia, desarrollando a manera de metáfora el inútil e incesante esfuerzo del hombre que consume su vida en actividades “deshumanizadas”. (Historia de la filosofía. Bryan Magee. Edit. Planeta, 1999).

Escribo ésta colaboración en la madrugada del domingo. Faltan unas horas para que se celebre el encuentro de futbol entre las selecciones de México y Argentina, replicándose la condición de hace cuatro años, dicen los enterados. Los especialistas marcan como lógico favorito al equipo sudamericano, pero la mercadotecnia azteca cultiva en el corazón de los aficionados el “si se puede”, para salir a la calle, después del partido a corear el “si se pudo”. Desconozco las posibilidades reales del equipo que se hace llamar representativo de México y al mismo tiempo me tiene sin el menor cuidado.

Pero no estoy exento, insisto nuevamente, al bombardeo publicitario y patriotero ramplón que despliegan los medios las veinticuatro horas del día. Y en ésta fase del torneo no hay mas que dos opciones: ganar o perder; aquí no hay empates ni puntos por acumular. Todo o nada. La gloria o el infierno. Pongamos por caso un triunfo de los ratoncitos; vibrará México todo y se llegará a la cima del “quinto partido” y probablemente se aparezca nuevamente el fantasma de Sísifo y la roca ruede nuevamente al valle.

Se celebrará el fracaso como ha sucedido anteriormente y se tendrán cuatro años para parir otros pequeños héroes, mientras se alimenta la desmemoria. Comenzará por enésima ocasión la farsa y el engaño. Se retirará de las pantallas el cursi video del Vasco y se reformulará la iniciativa México hacia personajes mas rentables para televisa. Una vez que se declare culpable del fracaso, el entrenador dejará el país de jodidos (Aguirre dixit) y ya se verá si en cuatro años llega nuevamente al rescate para llevar a otros ratoncitos a Brasil.

Los ratones dejarán de ser instrumentos de los verdaderos dueños del futbol y dejarán de hacer sándwiches. Los políticos voltearán sus miradas a otros objetivos que les ayuden a formar otras cortinas de humo que oculten nuestras crudas realidades. Para alimentar la teoría del absurdo, un diputadito federal, estúpido en grado superlativo y no poco pendejo se le ocurrió la brillante idea de subir a tribuna para proponer un punto de acuerdo en el cual se cite a comparecer al Vasco Aguirre y explique a la nación porque no inició como titular el chicharito en el partido contra Uruguay. Si, no se ría; es verdadero: el diputado federal es de Yucatán. Su nombre…………..bah!

Y en esta dinámica futbolera se preparan los cierres de las llamadas campañas políticas en los estados donde tendremos elecciones y que pertinentemente pregunta “odalisca tuza” si alguna vez comenzaron (gracias por la lectura).

Han perdido, si alguna vez lo han tenido, su sentido pedagógico los procesos electorales. No se ha aprendido que los ciudadanos reclamamos seriedad, respeto y confrontación de propuestas reales no promesas vacías de contenido. Volvieron a convertir en arena de lodo y en ocasiones de excremento la contienda. Se olvidaron los contendientes de las instituciones y convirtieron las conferencias de prensa y los boletines en ventanilla de quejas contra el adversario político.

La inmoralidad sentó sus reales y la mentira se enseñorea en cada intervención al tiempo que el cinismo se apoderó de los discursos. Las promesas se incumplirán seguramente inculpando a la crisis de un país lejano y le llamarán “efecto…..(espacio para el país que guste)”. Golpes bajos y sucios fue la divisa. La perversidad fue alimentada por los delegados de los comités nacionales de los partidos, con proclamas en las que es inexplicable como no les explotan en la boca palabras como honestidad, honradez, legalidad, transparencia, democracia, verdad.

Nuevamente aparece el fantasma de Sísifo. Como ciudadanos estamos muy lejos de alcanzar la cima de la montaña cuando se desploma la roca para volver a empezar indefinidamente. Dentro de tres años se repetirán las mismas historias localmente y en dos años más el relevo presidencial y las cámaras de senadores y diputados federales.

Contienda política atípica, pues, la que hemos vivido en nuestro estado; no tan atípica será la actitud que se tome una vez conocidos los resultados. Los tribunales electorales habrán de desahogar infinidad de recursos. Mientras, los ciudadanos nos transmutaremos nuevamente en el rey de Corinto.