martes, 8 de junio de 2010

Edicion 80

Quince minutos de fama
Se le atribuye al excéntrico y polémico artista y diseñador Andy Warhol la frase: “todo mundo tiene sus quince minutos de fama”. Yo apostillo a Warhol con lo siguiente: Hay quien desperdicia miserablemente sus posibles quince minutos de fama; dado que tal período de tiempo tan específico no avisa su llegada ni su circunstancia, habría que estar atento en todo tiempo y pensar que en cualquier momento hace su arribo.
Quince minutos fueron los que tuvieron el jueves pasado los candidatos a gobernador durante su presentación en un llamado debate, que no lo fue como tal, pero como así fue bautizado de origen, así lo llamaré en adelante para entendernos mejor. El formato de la comparecencia, obsoleto en si mismo, acartonado y carente de interés general ya no corresponde a las expectativas del electorado quien prefiere una reseña rápida y simplemente preguntar si hubo un ganador.
Desde 1994 en que se instauraron los debates en una contienda presidencial escuchamos, elección tras elección, un discurso gastado y con gran dosis de cursilería por parte de quien organiza. El jueves no fue la excepción; la consejera presidente del instituto estatal electoral lo soltó en apego a la tradición. Recetó, previo al inicio: “desde ahorita podemos decir que el ganador del debate es el ciudadano y después del debate tendrá claridad para votar por el candidato que mejores propuestas presente”.
No consejera presidente, entendiendo su urgencia por desafanarse de lo que por ley obliga, no es el discurso adecuado dirigido a un público crítico, expectante y puntilloso que requiere mucho mas que una presentación de ideas rápidas.
Quince minutos tuvieron a su disposición los candidatos para que, apretadamente, presentaran sus propuestas, tiempo que se repartió en tres minutos por tema y dos de réplica, también por tema; tres temas fueron abordados, previo acuerdo con sus representantes: desarrollo económico, seguridad pública y tema libre. Cinco minutos totales por tema hacen, con la matemática más simple justos quince minutos.
No es posible ni siquiera imaginar que un problema como el desarrollo económico o la seguridad pública se pueda abordar con claridad y contundencia suficientes para que el electorado tome una decisión de voto. Tres minutos de planteamiento mas dos de réplica en problemas que han tardado sexenios completos y no encuentran o no quieren encontrar soluciones los gobernantes de uno y otro partido.
Eligen los candidatos, en el tiempo correspondiente al tema libre, hablar de educación. Es coincidente, en los candidatos, la percepción del problema educativo en el estado como eje del desarrollo integral y que las deficiencias en el sistema educativo provocan problemas asociados con los otros dos problemas abordados. Sin variaciones, solo mención sin profundidad.
Pobres referencias se hicieron, insertando en el tema de la educación, a la cultura. No parece ser un tema de importancia salvo para la única candidata, Nora, quien puso énfasis en la mención. El resto solo asoció a la educación con el deporte.
Fue Ella, la candidata, mostrando aplomo y seguridad en sus intervenciones y sin apelar a notas previamente elaboradas como un guion, quien puso acento en el combate a la corrupción, en la reinserción social de ex convictos, en apoyos a madres solteras, pensiones universales a los adultos mayores, intervención del congreso para la designación del titular de la secretaria de seguridad publica y reducción sustantiva de salarios de la alta burocracia.
Son temas que requerían de un debate que por desgracia no se dio. El resto de los candidatos temieron salirse de su guion y eludieron los temas dando la impresión que no escucharon la propuesta; prefirieron mostrarse timoratos y nerviosos, desperdiciando segundos valiosísimos en cada una de sus intervenciones al grado extremo que el candidato del PT declinó hacer uso de sus dos minutos de réplica en el tema de seguridad.
Increpó la candidata a sus adversarios sobre la veracidad y honestidad de sus propuestas las que, de haber salido de un partido de oposición como el de Ella, serian calificadas de populistas. Se “apanicaron” los candidatos ante la contundencia acusatoria de la candidata.
Regresamos con Andy Warhol; tomado de Wikipedia: “una de las aportaciones mas populares de Warhol fue su declaración sobre los 15 minutos de fama que cualquier persona puede conseguir. Esta frase en cierta manera vaticinó el actual poder de los medios de comunicación y el apogeo de la prensa amarilla y de los reality shows”
Fiel descripción de lo sucedido el jueves durante y después del llamado debate. Al término de la comparecencia, tanto el PRI como el PAN montaron su teatro para proclamar ganador a su candidato cual centuriones que regresan triunfantes del combate y son vitoreados por el pueblo. No era de extrañar sus posturas triunfalistas. Pero nos preguntamos: ¿qué carajos ganaron?
Pero el verdadero amarillismo y los reality shows fueron exhibidos al día siguiente al abrir los diarios locales, donde sin ningún pudor se pagaron planas para insertar boletines de prensa con redacciones que insultan a la inteligencia queriendo mostrar una realidad que tampoco ellos, los partidos y candidatos, vivieron la víspera. El fraseo de la reseña del “debate” al mas puro estilo del partidote único; grosero y grotesco.
Por otra parte vimos los resultados de una encuesta telefónica que no resiste el mínimo cuestionamiento como el horario en que supuestamente se elaboró; también un insulto a la inteligencia y también grosero y grotesco.
Los medios escritos, todos ellos, han contribuido inescrupulosamente, a cambio de numerario, a alimentar el engaño y la mentira y servir de correas de transmisión de la antítesis de la ética política. Es penoso ser testigo del retroceso que estamos viviendo a causa de la lucha por el poder.
Tuvieron los candidatos la oportunidad de gozar de sus quince minutos de fama, la desperdiciaron miserablemente tres de ellos; lamentablemente uno de dos tendrá seis años de reality show.