martes, 18 de mayo de 2010

Edicion 77

Queremos saber cómo

Humo blanco para unos (mas bien uno) y negros nubarrones para otros (mas bien otro). Así sería el corolario de lo que ya parecía un culebrón telenovelero. Por fin se completa el pókar de candidatos al gobierno del estado, mediante una decisión que, para no desentonar con la línea impuesta desde las cúpulas, se dio desde fuera del ámbito local, así como fueron las decisiones de las candidaturas de todos los partidos; en la localidad no hubo capacidad suficiente para decidir por si mismos.

Las reacciones fueron encontradas como encontrados están los dos candidatos que encabezan las simpatías de los electores; la única que guardó la compostura y anticipó sin aspavientos la decisión del tribunal electoral (desde el 2006 lo escribo con minúsculas a pesar de haberse renovado en su totalidad), fue la candidata Nora Ruvalcaba. No solo lo dijo, lo escribió en su colaboración en éstas paginas, previa al dictamen. Sentido común le llamarían algunos, olfato político otros; bajo cualquier descripción, no son virtudes que han caracterizado a los mas, principalmente a los deseosos de uno y otro sentido de la decisión final.

Se afirma reiteradamente que el “hubiera” o el “tuviera” no existen ni en la vida ni en la política. Incluso, se ha axiomatizado y hasta pretendido convertirla en verdad pura. Es claro que dicha proposición intenta cancelar toda posibilidad de debate, anclando en el presente y solo en el presente cualquier análisis de una situación cualquiera. Mas grave aun es intentar planear estrategias de acción futuras bajo una situación de actualidad.

Lo que también es claro es que el hubiera o el tuviera, nos permite crear un marco teórico de referencia para nutrir el debate y la estrategia política. Prospectivamente, es una herramienta intelectual que permite crear escenarios diferentes a los que vivimos o padecemos. No en balde se han creado nuevos marcos de convivencia al reconocer que si se “hubiera” hecho de tal o cual forma, no se habrían dado algunos eventos no deseados.

Uno de los argumentos, aunque no el decisorio, del tribunal electoral para instruir al Instituto Estatal Electoral a otorgarle el registro definitivo al candidato Martin Orozco, fue la selectividad en los requisitos de elegibilidad, en cuanto a juicios penales en proceso para candidatos a Gobernador, Diputados y Alcaldes. Dicha selectividad aparece en la reforma al código electoral del estado realizada hace un año. Ahora nos hacen ver que tiene destinatario.

Si los diputados de la bancada panista “hubieran” revisado profesionalmente, con visión, con imparcialidad, con interés superior al individual, la iniciativa de reforma al código, se habrían evitado y nos habrían evitado a la población la churronovela que nos recetaron. Ahora se justifican declarando que fueron chamaqueados porque creyeron que tal iniciativa se presentó de buena fe. ¡¡Por favor……¿buena fe de los diputados?.......Uff!!

Por los hechos aflora una mas de las propuestas en materia electoral que deben adoptar los candidatos a diputado: una urgente reforma electoral local, integral, futurista, democrática, arriesgada, incluyente y de amplio beneficio social no partidario. La exigencia no es nueva; la deficiente norma actual hace que brote nuevamente. A los diputados actuales ya no les interesa más que pavimentar su salida; el mensaje es para los que quieren ser, particularmente para aquellos que saben leer y escribir, aunque sean pocos.

Bien. Ya posesionados de su papel, los candidatos a gobernador, los cuatro, tienen en sus manos la difícil tarea de convencer a los votantes de que sus propuestas son reales, posibles, viables, medibles y verificables desde la base social. Es indudable que los cuatro han abordado genéricamente los temas que mas preocupan a la población; educación, empleo, seguridad, salud, vivienda, pobreza, como demandas añejas, mal atendidas y nunca resueltas. Narcotráfico, ecología, turismo, transparencia, equidad, menos añejas pero igual de vigentes por falta de resolución. Es solo una parte del catalogo de pendientes.

Los candidatos y sus partidos, tienen un mínimo de información real y verificable sobre los temas que demandan atención de la población y hasta sus prioridades; sus experiencias como partidos en el ejercicio del poder aquí y en otras latitudes de la república les otorgan algunas posibilidades de aprendizaje. Algunos programas exitosos en cualquier parte de la geografía nacional, les sirve de referente cuando los problemas son similares en la localidad. Operante solo si se sabe salir de la burbuja aldeana.

Como electores, tenemos un mínimo conocimiento de las personas, no así de sus partidos. Los candidatos pueden ampliar la base de conocimiento sobre sus personas si así lo desean; ninguno hablará mal de si mismo, todos se auto erigen en la octava maravilla, adalides de la responsabilidad, honestos y honorables hasta la saciedad, amorosos de la gente buena en la tierra buena, sinceros, transparentes, azote de los corruptos, queridos de las mujeres y apreciados de los hombres.

Pero eso no nos interesa (el que se quema con leche, hasta al jocoque le sopla). Nos interesa saber COMO van a ejecutar todos los programas que proponen. Sus antecesores, ganadores y perdedores ya propusieron hasta el cansancio y aun prometieron soluciones. Ya no gasten en consultas ciudadanas (un diputado con licencia y bueno para las patadas ya realizó una; seria bueno que “socializara” los resultados) ni supuestos estudios de la problemática. Ya saben perfectamente donde duele y el remedio. Solo hace falta que nos digan COMO. Nosotros evaluaremos la mejor.