martes, 16 de marzo de 2010

Edicion 68

Mentiras, engaños y simulaciones

Algo de historia reciente: En la primera mitad del año 2004 se atrajo la atención de la ciudadanía de todo México debido a la difusión de unos videos en los que se mostraba al tesorero del gobierno del D.F., Gustavo Ponce, jugando en un casino de Las Vegas. Estos videos se significaron como el inicio de las furibundas campañas de ataques contra Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno y jefe del ludópata en cuestión. Los ataques fueron coordinados desde los pinos y operados por televisa, quien en abierta complicidad con Vicente Fox, de triste memoria, utilizó a sus comunicadores estrella en horarios estelares para difundirlos.

Una de las vertientes de los ataques fue el intento de inferir que las acciones de Ponce eran del pleno conocimiento de AMLO y por lo tanto, suponer complicidad; no había explicación válida para los medios en cuestión sobre el deslinde del Jefe de Gobierno. Sin emitir juicios a priori, se conminó al tesorero a que se presentara a declarar públicamente y optó por huir; se le agregó a López Obrador protección por permitir que se escapara. Comprobado, previa investigación, el uso indebido de fondos públicos, fue perseguido y encarcelado.

El punto fino de los hechos, fue que se le acusó al Jefe de Gobierno como inepto por haber expresado que desconocía las actividades de Ponce, particularmente si sus escapadas a Las Vegas las hacía durante los fines de semana; no había salida: si lo sabía entonces era cómplice y si no sabía, inepto o mas coloquialmente, pendejo.

¿Cómo quedará clasificado el actual ocupante de los pinos? Me asalta la incertidumbre dado los acontecimientos recientes sobre el ya mítico acuerdo en el que firma el secretario de gobernación cómo testigo de (des)honor y que declaró que su jefe no sabía. Lo mismo manifestó la (des)coordinadora de los diputados del PAN, la inefable Vázquez Mota que se enteró al mismo tiempo que apareció la nota en los medios, pero que ordenó votara la bancada por el incremento de impuestos.

Acusaciones fueron y vinieron de una bancada a otra entre los mellizos del PRI y del PAN y a medida que subieron de tono, hasta de asesino tildaron al encopetado novio de la gaviota. Una vez que se dieron cuenta de que los verdaderos agraviados con sus conductas son los ciudadanos que dicen representar, se piden perdón y dan vuelta a la pagina sin tomarse la molestia de pedir perdón a los ciudadanos. ¡Esos pelafustanes son los que pretenden legislar sobre la reforma política y la fiscal y la laboral!

A esos mercenarios de la política son a los que un grupo de auto llamados intelectuales urgen a la aprobación de las reformas propuestas por el ejecutivo tal y como la presentó, sin análisis, sin debate, sin alternativas; les piden levantar el dedo como autómatas, sin importar sus consecuencias en el presente ni en el futuro al fin y al cabo que, como en el bacarat, los errores se corrigen y ya habrá tiempo para eso. No se que es mas peligroso si los ilustrados o los diputados.

En el ámbito local no se cantan mal las rancheras. Campea la mentira, la simulación y el engaño por parte de la clase política. Lo mas visible, hasta el momento, lo protagonizan los candidatos (es estúpido anteponer el “pre”) del PRI a los gobiernos estatal y municipal de la capital; dada la norma en el código estatal electoral sobre las llamadas pre campañas, que establecen un periodo determinado para que los aspirantes a un cargo de elección realicen proselitismo al interior de sus partidos, basta que inserten en su publicidad abierta la leyenda “para militantes priistas” para solventar la restricción.

Se publicitan en todos los medios posibles como pre candidatos y si la militancia lo decide con su voto, serán candidatos. ¡Vaya simulación y engaño! ¿hay algún espectacular “solo para Priistas” de los otros aspirantes a candidatos, Aguilera o Enciso?, ¿se han reunido éstos con los notarios y las otras fuerzas vivas de su partido? A propósito, ¿todos los notarios son militantes del PRI? Es pregunta. Seguramente los patiños contrincantes en su pre campaña interna serán beneficiados con algún cargo, en caso de que el voto popular los lleve a los cargos en disputa.

Por otra parte, el auto engañado mayor, que quiso y no pudo ser candidato a gobernador ya se le olvidó caminar como presidente municipal y ya se siente diputado local, utilizando los programas sociales como plataforma para su partido y sin rubor abandonará su cargo, faltando a su promesa original de terminar su encargo en el tiempo establecido y cacareado al principio de su gestión. Y todo apunta a que será nominado candidato a diputado por la vía plurinominal y lo tendremos haciendo leyes. ¡gulp!

Las concentraciones “espontaneas” de miles de ciudadanos que organizan y que se disputan con los funcionarios, son abiertos actos de campaña aunque se oculte del discurso la petición expresa del voto; adhesiones de grupos “organizados” de ciudadanos sacados de quien sabe donde, asociaciones de las que jamás se sabe de ellas, manipulación de fotografías enviadas a los medios con su respectivo boletín de prensa hablando de miles de personas en apoyo.

Somos testigos, una vez más, de la divisa que caracteriza a las campañas electorales: la mentira, el engaño y la simulación. Si las autoridades electorales son omisas, los ciudadanos no lo serán y actuarán en consecuencia y en conciencia el cuatro de julio.