Edicion 63
El sentido de la crítica
“Tener un amigo así” fue el titulo de mi colaboración en éste diario aparecida el lunes pasado. En ella se denunciaba la simulación y el engaño que está caracterizando a algunos de los aspirantes a gobernar nuestro estado; simulación porque han repetido hasta el cansancio y el hartazgo que no se encuentran en pre campaña a pesar de las evidencias claras y continuas que testificamos y testimoniamos diariamente; nada más de muestra, al momento en que escribo lo que esta usted leyendo, suena mi teléfono y al levantar el auricular, sin que medie interacción con otra persona, me recetan un discurso sobre las maravillas que uno de los aspirantes del PRI ha realizado a favor del estado y lo que hará como gobernador del mismo.
Aparte de la invasión a mi privacidad (no recuerdo haberle proporcionado mi número al aspirante en cuestión), me recetan, sin poder defenderme y sin que nadie escuche mi réplica, un discurso que tiene la clara intención de inducir mi voto hacia su persona. Nos hablan, entre otras linduras de su experiencia como funcionario y ahora legislador, que es el gobernador que necesita el estado. No tardaremos mucho en recibir telefonemas similares de otros aspirantes a ser candidatos de su partido.
¡Y nos dicen públicamente que no están en campaña!....Bah! Eso, aquí y en cualquier parte se llama cinismo, mentira, simulación. Nos quieren endilgar una adhesión forzada a sus muy personales apetitos políticos. A donde volteemos la mirada, quienes andamos por las calles de la ciudad, nos encontramos con un espectacular, una calcomanía, un anuncio en autobús o taxi. Si prendemos la radio, la nota del día la dieron en conferencia o rueda de prensa los mismos que se nos aparecen en todos lados. Pero….no están en campaña!
Como no los podemos eludir, como ellos la ley, es que nos damos a la tarea de intentar evidenciarlos en un sentido estrictamente de critica social puesto que es lo que percibimos diariamente quienes tenemos algún contacto directo con ciudadanos que no tienen voz pero si una desesperación y desencanto por los políticos y su actuar faccioso e interesado; no es erigirse en voz de los sin voz, pero si la critica a conductas indebidas y manipuladoras logra crear conciencia, no abandonaremos la práctica.
Jorge llamaré a la persona que amablemente leyó mi artículo de la semana pasada en la página de crisol y al que agradezco su comentario. Hago aquí mi replica dado que es el espacio de origen.
En principio, Don Jorge, identifica, por una sola palabra, mi lenguaje con “su” maestro Otto. Mis referencias se remontan, más allá de la aldea con alguien mas visionario como lo es Marshall Mcluhan; seguramente con él se aprenderá mas. Se me ha acusado de denostar a todas las expresiones políticas posibles por su esencia misma, dice mi critico; los jóvenes por jóvenes, las mujeres por mujeres, los viejos por viejos, los empresarios por empresarios, los políticos de carrera porque la tienen, los improvisados porque no la tienen.
Añade Don Jorge que la política estatal tiene sus usos y costumbres correlacionados con los nacionales y que después de haber hecho una “disertación destructiva” espera conocer las propuestas que siguen, citando una frase de Abraham Lincoln.
Versión en extremo rupestre, someter al quehacer político argumentando usos y costumbres, condenando al estado al capricho de esa clase que ha hundido en la desesperanza al grueso de la población. Usos y costumbres que han postrado a miles de ciudadanos obligándolos a extender la mano para recibir la despensa que les mitigará momentáneamente el hambre; usos y costumbres en acarreos masivos de burócratas que asisten bajo amenaza de pérdida de empleo; usos y costumbres que han enriquecido a comaladas de políticos; usos y costumbres que hacen de la mentira y simulación su estilo en la función publica, promesas incumplidas sin el menor rubor; usos y costumbres que burlan a la ciudadanía, usos y costumbres que han dejado sin empleo a millones de mexicanos, usos y costumbres que justifican matanzas de jóvenes.
Hay jóvenes que no han renunciado a su futuro y luchan pacíficamente por él. Los imberbes políticos jóvenes criticables son aquellos que cancelaron en conciencia su horizonte anteponiendo los intereses que les pusieron primero sus mañosos mayores, aquellos que adoptaron prematuramente las prácticas nefastas de la política y se dejaron seducir por los beneficios materiales inmediatos pero se pusieron un velo que les impide ver la realidad y mucho menos el futuro global.
Conozco mujeres dedicadas a la política que dignamente llevan a cabo su función, verdaderas luchadoras sociales, con conciencia de clase y de género, valientes en grado mayor que muchos hombres que dicen defender las mismas causas, aguerridas y no timoratas; mujeres políticamente incorrectas que les son incomodas a la clase gobernante. Ellas no son criticables en su quehacer, son elogiables, mas por la lucha tan desigual que llevan a cabo. Pero serán criticables, por poner un solo ejemplo reciente, la acción subordinada y servil de doce diputadas que se prestaron al engaño y dejaron sus curules a sus suplentes. ¿también son usos y costumbres?
Disiento de la afirmación de que todos los personajes políticos proponen y ejecutan para bien y es lamentable que se considere que las críticas sobran. Las propuestas han surgido desde hace muchos años, desde la sociedad; la clase política es sorda a las mismas. La crítica en si misma es una propuesta. Hay algunos contados políticos que hacen de la crítica recibida un elemento de corrección de sus conductas equivocadas. Hacia ellos mi reconocimiento.
Quien se molesta hasta violentamente por la critica, no merece estar en un puesto publico; no esta hecho para eso. Seria muy recomendable que quien se moleste por las criticas, antes de actuar le dieran una repasadita a Kant.
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