miércoles, 13 de enero de 2010

Edicion 59

Año nuevo, ropa nueva

Frase popular que se repetía año con año, al inicio de cada uno, dado que nos disponíamos a estrenar los atuendos recibidos con motivo de la navidad y la llegada de los santos reyes. Pantalones, camisas, sweaters, zapatos, impecablemente limpios y planchados hacían su aparición en los arranques del año, provocando admiración y en algunos casos hasta envidia. La necesidad actual y la crisis económica por la que atravesamos, hizo que se recibieran presentes como en tiempos pretéritos, prescindiendo en lo posible de lo superfluo e innecesario. Casos los hubo y muchos en que, aun con las restricciones, no disfrutaron de estrenos en sus ropajes.

También se daba paso al simbolismo del olvido a todo lo pasado, a eliminar los males sufridos durante un largo y tormentoso año y dar paso a un renacer de la vida aunque los males prevalecen terca e insistentemente. Y definitivamente que cae en el terreno del simbolismo el olvido. ¿Cómo olvidar un año en que se desbarrancó el país?, ¿Cómo olvidar el año en que se presentó la peor crisis económica en décadas y que costará otras más su recuperación?, ¿Cómo olvidar un año que sumó casi tres mil muertes por violencia producto de una guerra sin sentido? o ¿Cómo olvidar un año en que se perdieron cerca de setecientos cincuenta mil empleos formales?.

¿Es para olvidar una recesión que a decir de los políticos en el poder ya llegó a su fin, cuando los especialistas en materia económica mantienen reserva sobre tal aseveración?

El fardo es pesado como para olvidarlo: decrecimiento en la economía en general afectando a millones de familias en su calidad de vida; el incendio de la guardería ABC que cobró la vida de 49 pequeños y no hay responsables directos o mas bien, los responsables directos gozan de impunidad; la exoneración por determinación de la suprema corte de justicia de los asesinos de Acteal; determinaciones del tribunal federal electoral que trastocaron, violentando la misma constitución, la elección a delegados del D.F. (ahí, justo ahí, radica la génesis real del affaire Juanito).

No se puede olvidar la forma en que fuimos manipulados, como bien lo expresa Naomi Klein, aterrorizando voluntades y postrando al país con la ya legendaria influenza; tampoco hemos de olvidar los efectos de una elección a diputados federales, de los que nos empezamos a acordar a partir del primero de enero (o desde diciembre pasado)y que autorizaron aumentos en los impuestos aplicables justo hace once días aunque cobardemente lo nieguen o endosen a otros.

Año que invita al olvido es cierto, pero las secuelas son imposibles de borrar de la memoria. Y así, recibimos el año nuevo, preparándonos para el renacer de una nueva vida; pero los que renacerán serán otra caterva más de políticos y que actualmente se encuentran en gestación, algunos mas avanzados que otros. Los unos, visiblemente se están anunciando; los otros hacen su lucha como espermatozoides. Todos ellos gustan de olvidar el pasado hasta el suyo propio. A ellos no les interesa en lo absoluto lo sucedido sino lo que sucederá, aun cuando hayan sido artífices de la debacle.

Pronto los conoceremos; por lo pronto sólo reparten sonrisas, saludos, abrazos y una que otra despensa o ricos tamales, dan asesorías legales, asistencias medicas, cursos de superación y autoempleo, reparten becas, organizan bailongos y reparten bendiciones sin fin; son variados en sus exposiciones ya que se toman la fotografía con la población mas jodida y con la mas opulenta (se sobre entiende que nunca juntos) y visten de acuerdo al auditorio. Crean organizaciones de beneficencia, institutos, fundaciones, fideicomisos de manera altruista con un desprendimiento que conmueve.

Esos que aspiran a la noble tarea de gobernarnos y representarnos desinteresadamente, solo dando rienda suelta a su sensibilidad social y humanitaria, son los que pretenden renacer con el año.

Y no son pocos, mire usted, tan solo en nuestro estado que siendo uno de los más pequeños del país, tendremos elecciones para: gobernador, presidencias municipales y congreso. Once para los segundos y ventisiete para los terceros. Por supuesto que para el caso de gobernador, se estarán frotando las manos todos aquellos apoyadores que esperan colocarse en alguna secretaría, departamento, instituto, coordinación, etc., y que suman centenas. Igual caso para las presidencias municipales con sus respectivas planillas de regidores y síndicos y por ultimo los legisladores que traen una cauda de compromisos particulares y que ven la plataforma para el 2012.

Aunque se les presente complicado el panorama, esas pandillas de vividores sí visualizan un renacer en el año nuevo. Algunos cuya única pretención es continuar, donde sea, gozando de los beneficios de la alta burocracia; otros, nostálgicos del poder, esperando el retorno. Algunos más, pocos, hacen labor para ser considerados plurinominales en ayuntamientos y congreso.

El resto, o sea la población en general, solo estrenaremos el ropaje político nuevo aunque sea de muy baja calidad y manufactura. Por si fuera poco, también habrá cambio en la Universidad Autónoma, desde el Rector hasta Decanos y Jefes de departamento. Iremos dando cuenta de ello en su momento.