miércoles, 20 de octubre de 2010

Edicion 99

La Cosa Pública Asfixiada

Para alimentar una cada vez más cercana analogía: “Poco después del golpe de estado, el gobierno militar dictó nuevas normas para los medios de comunicación. Según el nuevo código de la censura, quedaba prohibido publicar reportajes callejeros y opiniones no especializadas sobre cualquier tema”.

“Apoteosis de la propiedad privada. No solo tenían dueño las tierras, las fábricas, las casas y la gente: también tenían propietario los temas. El monopolio del poder y la palabra condenaba al silencio al hombre común.”

“Era el fin de Crisis*. Poco podíamos hacer, y lo sabíamos”

Las palabras anteriores son de Eduardo Galeano, escritas en su libro “Días y Noches de Amor y de Guerra” p176-177; tercera reimpresión, 2009; Editorial ERA. (*Crisis, revista editada en Buenos Aires y de la que fue su fundador y director el propio Galeano).

Alimento para una analogía: “¿Qué mandó preguntar ahora Manuel Appendini, eh?, ¿Ahora qué?” y abunda: “Vamos a hacer todo lo posible por no deberle al Hidrocálido, a los Morales, a los Rivas……Appendini no me preocupa, La Jornada, en fin”.

Palabras expresadas por el Gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, según nota periodística en La Jornada Aguascalientes del día 15 de Octubre de 2010 y firmada por la reportera Jennifer González.

Mas alimento para una analogía: Reproduzco un fragmento de nota periodística de la reportera de La Jornada Aguascalientes, Susana Rodríguez, del jueves 14 de Octubre en entrevista colectiva con el Rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes: “Enfatizó hacia los medios de comunicación una súplica para evitar entrevistar a quienes estarán inscritos para participar de la convocatoria como una forma de no perjudicarlos.” Y se afirma más adelante: “Yo si les pido que no hagan caso de campañas bravuconas, altaneras, golpeadoras, como luego se suelen dar de gente que usa los medios de comunicación como su único espacio porque aquí adentro no tienen resonancia.”

La plataforma sobre la que descansan los dos ámbitos que alimentan una analogía, señalados anteriormente, es lo que se llama “La Res Pública” o “Cosa Pública”; el uno, administra fondos públicos, el otro dirige una universidad pública. La intención subyacente en los dos es evidente, eliminar el carácter público. A los dos actores principales de éste desapego por lo público, coincidentemente les quedan muy pocos días en sus respectivos cargos a los que arribaron, uno por elección popular otro por elección no tan popular o como El mismo lo definió recientemente, por designación.

En el primer caso, acerca del manejo de fondos públicos con discrecionalidad y sin transparencia respecto de adeudos con los medios de comunicación, al menos quedó salvaguardado el derecho de pataleo como se manifiesta en la editorial de La Jornada Aguascalientes del pasado 15 de octubre. En el segundo, inexplicablemente el silencio es adoptado por petición expresa, vulnerando el carácter público de la institución educativa que se desempeña operativamente en bastante buena medida con fondos públicos; sin éstos, no es concebible su existencia.

Ambas partes persisten en los intentos de manipulación de una sociedad acrítica, sin voluntad, frívola, desinformada y conformista. Cualquier hecho o persona que tuviere el atrevimiento de disentir es avasallado por el autoritarismo y la represión vía mensajes en apariencia conciliadores; nada más alejado de la realidad.

El enigma persiste a pocos días de los relevos; ¿habrá cambio verdadero, no solo de personas? La experiencia marca momios en contra. Por lo pronto preparémonos para el vanguardismo del mando único; de Asia, Europa, América, África y Oceanía vendrán enviados, especialistas en seguridad pública para aprender de nuestra corporación las técnicas más avanzadas contra la delincuencia; que se apuren porque el día ultimo del año se acaba el vanguardismo.