Edicion 44
La sombra de “Incitatus” en el Senado
Nadie, absolutamente nadie ha acusado de asesino al recién ratificado Procurador General de la República, Arturo Chávez Chávez , previamente propuesto al Senado por el señor de los pinos, dada la facultad constitucional de aquel para aceptarlo o rechazarlo. No existió tal impugnación para que uno de nuestros Senadores, Lozano, tuviera que exonerarlo públicamente ante pregunta expresa de reporteros; para que no diga que se descontextualiza el comentario, ahí están los testimonios en la prensa escrita local.
No, el señor Chávez no es el autor de las muertas de Juárez, ni material ni intelectual; el señor simplemente era el encargado de investigar, aprehender y presentar a los juzgadores a los verdaderos asesinos. Justo durante su gestión como procurador del estado de Chihuahua, el numero de asesinadas se incrementó de manera alarmante y se disminuyó la investigación y en consecuencia aprehensión de los asesinos. El asunto del Egipcio, supuesto asesino serial, no fue mas que un montaje para tratar de acallar el reclamo social.
Hubiera sido bueno que nuestros Senadores leyeran el testimonio de Sergio González, en su libro “Huesos en el desierto”, autentica investigación que le costó el acoso y daños físicos en su persona. En conferencia dictada hace algunos años en la UAA a propósito de la presentación del mencionado libro, expresó, sin que nadie lo rebatiera por lo contundente de sus argumentos, la colusión entre empresarios poderosos de ambos lados de la frontera con mafias de la prostitución, las drogas y el trafico de menores ante la complacencia de las autoridades entre las cuales se cuenta a Francisco Barrio y Arturo Chávez.
No señor Senador, no se le acusa de asesino sino de “omiso”; de minimizar el grave problema de las muertas, recomendando, con tufo moralino y doctrinal, que para evitar problemas, las jóvenes no deberían salir de sus casas una vez oscureciendo el día y si así lo hacían, que no usaran mini falda.¡¡ Menuda forma de combatir la inseguridad!!
El otro apólogo del ahora ratificado Procurador General, Senador Camarillo, no encontró mejor argumento que decir: “Yo conozco a Arturo hace muchos años y es una persona muy capaz, honesta y responsable. El presentará documentos sobre su actuación como Procurador de Chihuahua donde actuó apegado a la ley” (tampoco se descontextualiza: ahí están las entrevistas radiofónicas).
El Senador Camarillo, descalificó, es más, ni siquiera aludió los reclamos de los familiares de las victimas, organizados pacíficamente exigiendo justicia; justicia que saben se aleja con el reciente nombramiento. No tomó en cuenta las recomendaciones de derechos humanos que no atendió Chávez; tampoco consideró a los organismos internacionales que revelan la responsabilidad administrativa del ahora Procurador General en los feminicidios.
No señor Senador, no se le acusó de no ser cuate suyo, sino de irresponsable en la procuración de justicia en Chihuahua. Se desgarró Usted las vestiduras en rabiosa defensa del libre ejercicio profesional (en la misma entrevista radiofónica) cuando se le inquiere sobre el despacho para el cual trabaja el abogado Chávez. Defiende Usted y con razón, la libertad que tiene cualquier profesionista de trabajar con quien desee, especialmente cuando se desempeña como particular fuera del servicio público. Es impecable el razonamiento. Pero también aquí omitió la importancia del particularísimo hecho de que ése ejercicio, un litigio, es contra el Estado del que ahora será el fiscal. ¿Podrá conciliar intereses el nuevo Procurador, los de su despacho y los del Estado? Yo no le otorgo ningún beneficio de duda puesto que el despacho en el que trabaja, cuya cabeza es Diego Fernández de Cevallos, ha demostrado que su interés es única y estrictamente personal. Muy legal pero totalmente amoral.
Serán los siameses, ahora con el añadido de los verdes, corresponsables de la actuación de Arturo Chávez como Procurador General de la República puesto que la facultad constitucional de su ratificación, no se limita al nombramiento en si mismo, sino a sus consecuencias futuras. Volvió a funcionar el acuerdo en lo oscurito. Lo anticipó Madero, el Senador, la semana previa: “doble contra sencillo que se ratifica”.
Al puro estilo Pilatos, el senador Murillo evade la responsabilidad de su decisión al endosársela totalmente al señor de los pinos, ya que fue propuesta suya. Y franciscanamente, Francisco Labastida se resigna por ser “el menos malo”. Por su parte el hijo prodigo del Senado, Alejandro Zapata Perogordo da el aval a la experiencia y reputación del ungido por ellos.
Nuevamente, los siameses desoyen a la sociedad agraviada.
En tiempos del Imperio Romano, en los inicios de nuestra era, particularmente durante el periodo de Calígula, (hijo de la maestra de la intriga, Agripina) emperador cruel y perverso, otorgó el titulo de Cónsul de Bitinia a su caballo favorito, “Incitatus”. Los Senadores aprobaron el nombramiento haciendo gala de servilismo hacia el emperador, más allá del miedo. Bien harían nuestros Senadores actuales dar una repasada a la biografía del Emperador del polémico Gore Vidal, escrita previa al guion de su película homónima.
Al cierre: hablando de equinos, en la familia de ellos, también se incluyen las mulas y los burros.
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