Edicion 42
Rentabilidad de la pobreza
No se conoce a nadie que se oponga a encarar, dentro de sus ámbitos, una lucha para abatir los índices de pobreza de buena parte de la población. Consideremos como definición universalmente aceptada, aunque admita matices, como “una situación de ausencia de lo necesario”. Algunos matices se convierten en eufemismos para disfrazar su crudeza y realidad. En el sexenio pasado, por arte de magia, desaparecieron cinco millones de pobres al incorporar al ingreso familiar las remesas de los paisanos. En este sexenio, volvieron a aparecer y no por arte de magia esos cinco millones copeteados para sumar hasta seis y medio millones, adicionales a los ya aceptados. La cifra total no se conoce con exactitud, pero ya se contabilizan más de cuarenta y cinco millones con algún grado de pobreza.
También se acepta que alrededor de veintidos millones sufren de pobreza extrema, eufemismo de la miseria convertida en pobreza alimentaria. Es un manjar criminalmente electorero. Los programas asistenciales como “oportunidades” dan el marco por excelencia para lucrar políticamente. Hace solo un par de meses los entonces candidatos a diputados federales, ahora en funciones y desaparecidos, se desgarraban las vestiduras por la pobreza que percibieron en sus periplos por las colonias de sus distritos.
En entrevista radiofónica al diputado Raúl Cuadra en la emisora oficial, a pregunta expresa sobre su postura ante el propósito de aplicar un impuesto llamado “contribución para el combate a la pobreza”, olvidándose de sus promesas de campaña (no podía ser de otra forma), manifestó su aprobación a la imposición de tal contribución. Rodeando la respuesta directa, finalmente sacó a relucir el cobre del verdadero interés. A tan solo diez días de ejercer como legislador mostró su proclividad a la abyección.
La propuesta de aplicar un dos por ciento a todos, absolutamente a todos los productos y servicios, incluidos alimentos y medicinas, hecha por el esférico y pantagruélico secretario de hacienda, es la respuesta clara de quien está al servicio de la plutocracia. Mas que satisfechos estarán, ya que a ellos se les da “multiplicadito” , como diría el medrosito senador Gustavo Madero. El dia 13 de Julio escribimos en este espacio lo siguiente: “Las cúpulas empresariales, parasitarias como las definió Alfredo Jalife, se frotan las manos y, sabedores de la nueva conformación de la legislatura, proponen la aplicación del impuesto a medicinas y alimentos en un uno por ciento: la puntita nada mas” . Se le fue al hijo de Gargantúa algo mas que la puntita.
Otra propuesta del insaciable y redondo secretario, consiste en aumentar ése impuesto que se creó en éste sexenio llamado IDE (Impuesto sobre depósitos en efectivo), de un dos a un tres por ciento además de bajar el umbral de veinticinco mil a quince mil pesos mensuales de depósitos. Recordemos que este impuesto fue creado para combatir y abatir la informalidad al tiempo que se rastrearían evasores y se incorporarían a la legalidad los ambulantes.
Aclarémoslo. No es un uno por ciento el aumento a éste impuesto. Es el ¡¡¡50 %!!! Y la contribución del 2 % generalizado para el combate a la pobreza es un IVA disfrazado. El aumento propuesto al ISR es, según ellos, temporal y bajará gradualmente después de que su administración haya terminado. ¿Quien no recuerda el impuesto al uso y tenencia de automóviles o simplemente la tenencia, su carácter temporal?. Es cierta su temporalidad puesto que no será eterno aunque llevamos 42 años de “temporalidad”.
Eso si, los auténticos dueños de México, los barones del dinero, los que patrióticamente tienen en la banca de Estados Unidos 64,000 millones de dólares, los capitanes de empresas monopólicas, los que no pagan impuestos por tributar en regímenes especiales, los que reciben en devolución impuestos en cantidades millonarias, los consentidos del modelo neoliberal, los que tienen derecho de picaporte en las oficinas de gobierno, todos ellos que son pocos, fueron intocados.
El engaño del secretario de hacienda es tan visible como su voluminosa corpulencia. Imposible de ocultar. Su jefe jerárquico, que no de facto, el pequeño ocupante de los pinos, nos receta unas supuestas medidas de austeridad, como la desaparición de secretarías, que no eliminación. Dependencias que se fusionan pero no adelgazan a gobierno federal. Habremos de estar atentos al gasto por liquidaciones.
Recetan a la población un placebo con la zanahoria de austeridad a través de una disminución de gastos no prioritarios y una también engañosa reducción de salarios y gastos personales. Ya empieza a brotar como la pus el detalle del presupuesto de egresos de la federación que desmiente tales medidas y ya iremos conociendo el detalle de la ley de ingresos.
El eje sobre el cual giraron las intervenciones del señor de los pinos y su secretario de hacienda fue el de combate a la pobreza, generación de empleos, construcción de infraestructura, apoyos extraordinarios al programa oportunidades, etc., etc., como si apenas estuvieran tomando posesión del cargo; tres años echados al caño! Medidas inadecuadas y tardías las de estos señores. La pobreza arranco el aplauso y la declaración complaciente.
Corresponde a diputados y senadores la viabilidad de las medidas propuestas o bien su modificación y contrapropuesta. Veamos de qué están hechos los legisladores. Pronunciémonos en contra de los impuestos lesivos a la población como el IVA a los alimentos y medicinas, entre otros. Hagámosles saber nuestra negativa. Como es imposible verlos en persona, mandémosle correos expresándonos.
He aquí a “nuestros presuntos representantes”: Diputados José Antonio Arámbula, María de Lourdes Reynoso Femat, Raúl Gerardo Cuadra García, Nancy González Ulloa (ellos, localizables en la pagina del PAN), David Hernández Vallín y Margarita Gallegos Soto (por el PRI). Los inefables senadores Felipe González González, Ruben Camarillo Ortega (del PAN) y Carlos Lozano de la Torre (del PRI).
No guardo grandes esperanza sobre la actuación de los siameses. La historia se volverá a repetir. Las medidas “dolorosas pero necesarias” se harán presentes. Se incrementará el numero de pobres, pero ahí viene el 2010.
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